PLETORA

Nos arrebujó la dama oscura, la que alberga al abominable hombre de las tabernas, el ángel que nos embelesó una tarde en Köln cuando sancionamos nuestra rendición ante su blanquecino primor, ocre aquel amanecer desayunando jotabé en la cafetería de Pompas Fúnebres, en el que la vecindad de Inés de Castro, salió a las ventanas a vitorear la llegada del más grande, el Gato de Santa Lucía, en su penúltima gira con esa razón comercial. Después solo quedó el silencio y el cartel de cerrado por ilusión. Como entonces, la noche del Domingo me sorprendí examinando admirado mi rostro reflejado en los espejos de un insálubre local de la Franja, mientras el irreverente Valmont se carcajeaba de mi asombro y anotaba el exceso en su lista de secretos a revelar, el condenado Vizconde que se hospeda a título oneroso en el Pub las Walkirias, no tardaría en garrapatear ese momento de debilidad, no más tarde de que algún gesto generoso facilitase mis señas a un taxista abrumado por los rigores de una noche acompañado por canallas.

5 comentarios:

El Vizconde Valmont | 3:40 p. m.

Estaba usted muy gracioso, Conde. Nos vemos en la tasca a las 21:00.
Fdo: El Vizconde del Valle del Monte.

El Vizconde Valmont | 8:05 p. m.

Como en los viejos tiempos, sigo creyéndome Jim Morrison las noches de luna llena.

Markesa Merteuil | 10:22 p. m.

:-) Y creo que todavía la hay... :-)

MONTECRISTO | 1:55 a. m.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Vizconde Valmont | 2:48 p. m.

Conde, ¿qué ocurrirá con nuestros hígados?, no podemos seguir así.
¿Volveremos a entonar canciones de Jimbo Morrison con la voz de Javier Gurruchada?
¡Churrasco y República!