DESFILADERO DE INCERTIDUMBRE


Estimados lectores, tengo el honor de transcribir un artículo de mi amigo y compañero de tabernas, Erik Pérez, "el Peich":

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El nevado suelo nos guiaba hacia un lugar desconocido. Quizás ese lugar soñado donde nuestras figuras humanas simplemente se diluían al compás de unos tacones desgastados por la vida. El dulce crujir de la escarcha acompasaba los gestos sin palabras que mutuamente liberábamos sin miedo a sentir, sin pánico a volar. Dos pieles desgastadas por el caminar arduo y tortuoso. La desconfianza era inexistente y el gélido viento nos liberaba de las ataduras y composturas de un orden establecido nunca para nosotros.
De repente, caminas descalza mientras te observo. Enigmática extraña que lanzas tus riendas con tanto tino e incerteza que no soy capaz de interpretar el gesto. Y el momento se esfuma, el calor se diluye y las llamas me confunden. Amor de estío, dominadora de los silencios rotos y las palabras entrecortadas. Tu juego es mi juego y el café se enfría mientras nos encontramos en el desfiladero de la incertidumbre; esa incertidumbre que adoramos y odiamos con tanta pasión que acaba convirtiéndose en carente de importancia. Se crea un vacío y lanzo mi jugada, tú estas por encima de todo y me abalanzo ansioso a las gélidas calles sin poder distinguir entre el norte y el sur. Mi intuición es mi fiel compañera y !por Dios que vuelvo a sentir el frío intenso y el vacío del miedo que me paraliza! Pero esta vez el viento sopla en mi favor y me guía. De repente camino firme y el desgastado alquitrán abre pequeños huecos en el corazón de la nieve y allí, al fondo se encuentra un muro de ladrillo que a fuerza de mi tesón, deja paso a un diminuto pero esperanzador agujero a través del cual la luz se hace fuerte. Y esta noche, solo por esta noche, mí alegría no es en vano y puedo descansar sabiendo que al otro lado hay algo mas, otro universo paralelo donde el existir no es una penitencia sino una bendición...