ANIMALES DE ROCK AND ROLL

No se trata de la bravata inconfundible de algún oscuro personajillo del bar de los toxicómanos , los hombres del Templo somos una generación atípicamente marcada por el talento nocturno, purasangres indomables imposibles de reducir. Nos hemos reinventado mil veces, tantas como han tratado de someternos a la sordidez de las vidas ajenas al rock and roll de Couce Montenegro. Ahora, cuando las vacaciones están a punto de entrar en un irreversible coma, aprovechamos el último hálito para rehusar las dietas que pretenden mermar nuestra leyenda. Sin causa no hay revolución justa,y la nuestra se legitima en un voluminoso compendio de antecendentes transgresores,por eso esta madrugada saldrán a las ventanas a vitorear a los más grandes.

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