UNA TERAPIA NECESARIA

La maldita e innecesaria jornada de verano está acabando conmigo. El Joven Jedi no perdona su toma nocturna y en ocasiones, la mayoría de ellas, hace doblete partiéndose el pecho a carcajadas sin explicación aparente. Yo no le encuentro la gracia, pero ríe como sí le fuera la vida en ello, patea la manta con la que su madre se empeña en cubrirlo y al final del ritual me mira, para volver a escojonarse de su maltrecho padre, que cabrón...
Por eso, porque un viejo Coronel lo merece, porque un legendario guerrero siempre encuentra fregonas de taberna contra las que combatir, volverán a salir los vecinos de Inés de Castro a las claraboyas, a vitorearme con olés los taxistas del Obelisco, a descifrar mi atroz xefarnié los barman del XXL y a mirarme de reojo mis bisojos amigos de azul, acomplejados pitufillos que nunca están cuando verdaderamente los necesitas. Ya lo dice el Sastre, ante el stress, hay que dejar la enjundia en casa y beber, fuente curativa de todos los males, terapia peligrosa aunque necesaria... Somos como somos.

4 comentarios:

El baron rojo | 11:41 a. m.

Desde luego que tienen un peculiar sentido del humor estos cabroncetes...

MONTECRISTO | 12:20 p. m.

macabro diría yo...

Anónimo | 6:49 p. m.

Pues verás cuando empiece con la gimnasia del "Curso de fitness de la niña del exorcista" a altas horas de la madrugada, con la misma alegría de vivir.

Capitán Tabernícola.

P.D. a ver si en breve podemos subir a la aldea gala y dejar que se huelan nuestros vástagos.

MONTECRISTO | 3:55 p. m.

Nos ha jodido...
En fin, los irreductibles les soñamos con nosotros, prometemos excesos en su regreso a Armorica.