A COPA DO REI VOLVE A SER NOSA !!!

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LUCÍA MARTÍNEZ. A CORUÑA. Riazor vibró como hace tiempo que no lo hacía. Cuando el Liceo hizo del Palacio de los Deportes un feudo inexpugnable para sus visitantes y se convirtió en el rey del hockey sobre patines, tanto en las competiciones españolas como en las internacionales. El Palacio, ayer, rememoró esos tiempos, pero en esta oportunidad con el Deportivo de Veteranos, ese grupo de ex que parecen marginales de la centenaria sociedad blanquiazul y que sin embargo cerró con dos títulos su andadura por esta primera experiencia del fútbol indoor. El equipo coruñés había ganado la Liga cediendo sólo un empate en todo el campeonato, ante el Madrid en la capital; ayer sumó la Copa al primer galardón, tras derrotar en la final también al equipo madridista. Fran y Romero fueron los conductores de un conjunto que dominó todo el partido, pese al bajón que sufrió en los primeros minutos de la segunda mitad, cuando el Madrid se colocó con ventaja por primera y única vez.Apenas un minuto valió para resumir lo que ambos conjuntos querían ofrecer sobre el césped sintético: espectáculo en forma de constantes llegadas y, como no, tensión, piques y miradas cargadas de años de rivalidad en la cúspide de la alta competición. Todo, a pesar de que en el conjunto blanco había cinco futbolistas que militaron en el Deportivo en distintas épocas -Juanmi, Ramis, Martín Vázquez, Amavisca e Iván Pérez-. Pero el fútbol es así, que se suele decir. El Madrid saltó con los teóricos suplentes; el Dépor decidió poner en liza su mejor cinco. La diferencia comenzó a notarse en el primer tercio del partido. Los coruñeses combinaban con velocidad y calidad para cercar la portería de Emilio. El guardameta blanco podía con casi todo, fue el escudo del Madrid, que además se topó, como siempre como su principal estilete: Alfonso. Salió desde el banquillo para dar nuevos aires a los suyos y, de paso, regalar a Songo´o su particular momento de gloria. El portero camerunés llegaba a todos los balones que permitían las leyes de la física conocida. De las que no conoce el hombre se ocupó Fran. El menor de los González nunca ha pertenecido a este mundo; siempre le gustó más el de los dibujos animados, el de lo imposible hecho realidad a base de una fantasía inagotable. Así llegó el quinto gol gallego. Desde la banda izquierda escondió el balón, jugó con la pared y se regateó a todos sus rivales hasta volver a anotar. Los hombres de Pachín todavía están buscando un hombre vestido con el 10 a la espalda. Riazor esperaba con pasión la segunda parte ansioso de ver más espectáculo. Y lo vieron pero vestido de blanco. Surgió entonces la figura de Enrique Romero, ese zurdo exquisito que tantos años formó banda con Fran en el mejor Deportivo de toda la historia, una pareja que se sigue entendiendo en esta nueva modalidad deportiva, todo porque el fútbol, sea como sea, sólo habla un idioma.Con Romero llegó la remontada blanquiazul. El ponerse de nuevo por delante en el marcador, tanto que la ventaja adquirida era suficiente para que las gradas de Riazor empezasen a entonar el "Campeones, Campeones", un cántico que el Palacio volvió a recordar años después.


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