SOÑANDO CON EL BORBON





VIEJOS FANTASMAS
Pucela no volverá a ser un mal sueño, aunque la pesadilla, comenzó a vislumbrarse cuando Manchev adelantaba a los de Zorrilla a los 22´ de la Primera parte, precisamente tras haber desperdiciado Riki dos ocasiones de cerrar la eliminatoria. Los malos presagios sobrevolaban Riazor, sobre todo cuando el ex getafense desperdiciaba otra más antes de irse al descanso.
SEGUNDO TIEMPO PARA SOÑAR
Pero el Depor es como el fútbol, imprevisible, y cuando nuestra cabeza vislumbraba la posibilidad de un segundo gol vallisoletano en el Segundo tiempo - más por experiencia que por sensación real- y así marcharnos a nuestro domicilio a preservarnos de la gélida noche coruñesa, Pablo Álvarez encendía las tracas e igualaba el partido. Todavía había margen a la esperanza. Caparrós había adelantado lineas asfixiando la salida del líder de Segunda, y fruto de ello, el joven Rivera - tiene más pinta de futbolista que Taborda y Xisco juntos- cabeceaba a la red entre dos centrales blanquivioletas. Riazor volvía a estallar, aunque lo mejor, para el final. Tras ganarse Munua se una estúpida y cobarde tarjeta tratando de perder tiempo para mantener el 2-1, al filo del 90 Verdú se aprovechaba de la falta de entendimiento de la zaga pucelana, marcando el 3-1 que parecía encarrilar el pase del Depor a seminifinales de la Copa del Rey.
DELIRIO BLANQUIAZUL
No se vayan todavía, aún hay más, como decía aquel drogadicto del queso. El decepcionante Juanma, autor in facto del gol vallisoletano, cabeceaba un corner lanzado por Verdú al fondo de la red, haciendo enloquecer al coliseum del deportivismo consciente que una vez más, y van..., el Deportivo se sitúa a puertas de disputar el Campeonato de Copa, intrascendente para equipos como Real Madrid, Valencia o Atlético de Madrid, claro que están eliminados, como el Celta.

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