BODA DE LOS GRANDES DE LOS ROSALES

Llegó la hora, Sábado, doce y media en el Ayuntamiento. Las moscas caen más lentas que nosotros. Parece que la alergia de nuestra primavera de veinte años remite cuando afloran los treinta, así como los complejos, el dinero para bocks, -Debo dejar de trabajar, me resta demasiado tiempo para beber-las pueriles inseguridades, y la fuente se sorprende rebosando de cántaros con "c", indolentes a romperse la crisma con el suelo, justo aspirante a "chan", pese a lo que le pese a las improbables caderas de Castilla, debutante y Marujona Díaz.
Pero a lo que vamos, que me alegro, aunque mi carácter sedicioso, instigador y rebelde, heredado de mi padre, mientras emborrono el papel entra en conflicto con mi lado tierno, sensible aunque nunca amanerado, de Marilena "La de los mil y un hospitales", por lo que me perdonaréis omitir pasteleos en mi perorata, y mencionar a Borrajo, que aunque simpático donde los haya, no viene a cuento citarlo, pese a que un sarpullido irrita mis nalgas como habitualmente le sucede al de Inés de Castro con las garimbas. Hoy no. Hoy toca escribir como Rubén Darío en la boca de Serrat, como Becquer en la de Juan Martínez, porque se nos casan la Luisiña y el Barón Rojo, y a tan celebrado evento, han osado invitar a la representación más canalla que han podido hallar entre las paredes de la emblemática Tasca, prometiendo no prohibirnos siquiera robar los cubiertos de la mesa, como un tal Montecristo el día de su enlace a unos tales Barandas, coquetos por definición ante el aroma de la bella Marijuana, Flaca de Pau Donés. Bello gesto del novel matrimonio.
De obsequio por su generosidad el video a continuación, amén de los muy sufridos veinte euros ingresados en la cuenta del "Cría ovellas". Colijo que les traerá miles de recuerdos, pero mi propósito no es otro que dentro de sesenta años más, les refresque todavía más historias entrañables y ser testigo de ello, recordándoles que no hay nupcia más deseada que la de dos amigos que se casan. Lo breve, si no es cerveza, dos veces bueno: Mucha suerte bribones !

2 comentarios:

El baron rojo | 10:48 a. m.

La grandeza es sólo una palabra que por otras palabras se mide.

Recordaremos estos años perros en los velorios entre sonrisas de compinches y largos tragos de licor café.

Pero mientras, disfrutemos este tiempo frío por que nunca estará tan caliente nuestro espíritu de canallas.

Y gracias. Gracias por compartir con nosotros los años de vino y rosas. Podremos recordarlos en los próximos, entre potitos y tronas.

El sábado empieza otra fiesta.

El baron rojo | 10:36 p. m.

He vuelto sólo para escuchar otra vez esa canción con mi futura señora.