BARES DE VIERNES


Digerido el empacho laboral, la afeminada menta poleo a granel tras la difícil ingesta de los pitanzas de Casa Celia, el nauseabundo aroma dispersado en la letrina por el quimérico guardia de seguridad obeso armónico, preservada la gripe segura con la que coqueteamos al emular a Mc Queen burlando la vigilancia del inquietante Psicólogo en aras a fumar el penadísmo porrito de tabaco chester, podemos afirmar categóricamente que el Viernes ya es un hecho.

Momento de bares. Inconfundibles para nuestra pituitaria munipa que detecta su adictivo olor a vinagracho, a humo legal, a diez euros de Estrella para dormir bien, a noche forajida en la que si el colon del wey no padece irritaciones iscarióticas, venderemos caro nuestro rostro vencido a la almohada, y es que a medida que el tiempo nos abraza, el sueño atenaza nuestras intenciones perversas poniendo coto a los deseos reprimidos a lo largo de toda la semana. Quien siembra recoge y quien paga uno con setenta y cinco se encuentra en El Templo, degustando un bock de la rubia más fiel de todas las tintadas. No se lo piensen demasiado, pronto, puede ser demasiado tarde.


4 comentarios:

Anónimo | 7:57 p. m.

Menuda mierda, me toca trabajar de noche este viernes.

Brindad a mi salud.

MONTECRISTO | 8:13 p. m.

Pero el Sábado no, ya me he informado...

Anónimo | 8:24 p. m.

Qué bueno que vaya haciendo camino...

MONTECRISTO | 8:31 p. m.

La Baronesa me comentó que ella sale a las diez, pero dijo que sí...