BLANCO Y NEGRO


Un año más, el mítico Chanquete nos ha abandonado, otra vez sin conseguir corregir al Pancho de turno. El Verano se extingue, abriendo paso al largo Otoño que se vive en esta ciudad, porque de crudo Invierno, la climatología nos concede a lo sumo siete días al año. Los bares se teñirán de gris y sus cristales se empapelarán de gotas de lluvia. Las calles provocarán nuestra melancolía con sus aromas a amizcle y jazmín ajado, y en la menos republicana de la urbe, los paseantes recorrerán su media milla observando las luces de los comercios, solo mirando, porque en sus bolsillos, no caben más deudas que las de palabra oral, no queda tinta para firmar más contratos con los mercaderes de venecia.
El Otoño, insisto, se asoma por la ciudad de Cristal, gélida Primavera hasta el regreso del período estival, "perdón por la tristeza".

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