MIEDO

Mientras los bocks me íban sumergiendo en un profundo sueño, esta vez no me sobresaltó una mala pasada de mi cerebro relacionada con el mal de altura, con la Dama de la Guadaña, o con el descenso del glorioso Depor a las alcantarillas de la Liga de Fútbol Profesional, la Segunda División. Fue peor. La Tasca abría por última vez, como lo hará el Enrique en apenas dos semanas. Nuestro templo cerraba sus puertas definitivamente, y parte de nuestro pasado y presente se marchaba para siempre.
Sucederá, pero hasta que llegue el fatídico desenlace, disfrutemos del entrañable recoveco de la ciudad más bonita del mundo, sigamos pidiendo jarras de cerveza, pipas, cortezas y bocadillos de lomo, hasta que pronto sea demasiado tarde, hasta que lo inevitable empañe nuestros ojos de la infinidad de aventuras vividas en la Iglesia Catedral, cueva de los malhechores más legendarios de la historia, mis amigos y yo, lo mejor de cada cárcel.

2 comentarios:

El baron rojo | 7:40 p. m.

El día de cierre beberemos copas de yate entre los restos del naufragio.

MONTECRISTO | 10:59 p. m.

Cuente con ello, pero antes, el Viernes en casa de Belén y Alfredo.