HUIR

A veces resultamos extraños para nosotros mismos. Supongo que algo así le sucederá a mi gran amigo Diego, por cinscunstancias laborales en Almería, cuando cada fin de semana regresa a Barcelona, a ver a su esposa Assumpta y a sus dos hijas. Imagino muy duro su retorno a casa, cuando ésta se encuentra entre A Coruña, Barcelona, Almería y muy próximamente, Granada. En su lugar de nacimiento es "el de Barcelona", y en el de adopción, "el gallego". No es fácil asumir ser de ninguna parte, aunque para algunos, como el gran Tigre de Hospitalet, adaptarse a la "Ciudad del Bock" haya sido coser, cantar y recalar en La Tasca.
Sin embargo, sin razón aparente, los que gozamos de la suerte de arraigar donde hemos nacido, crecido y madurado, de vez en cuando tenemos la flaqueza de sentirnos incómodos con la rutina, y sentimos deseos de abandonar nuestro hogar indefinidamente, en una huida hacia ninguna parte, hacia lugares desconocidos devorando kilómetros de asfalto hasta alcanzar nuestro objetivo, sentirnos libres, desahogados de responsabilidades inútiles y objetivos poco satisfactorios. Afortunadamente la debilidad tiene fecha de caducidad y no lo hacemos, continuamos disfrutando de lo conseguido con grandes dósis de esfuerzo y la pizca necesaria de fortuna.
No obstante, de vez en cuando, insisto, ocasionalmente, a uno le gustaría protagonizar en la vida real las aventuras de Peter Fonda y Dennis Hopper en el film de culto "Easy Rider", "road movie" imprescindible cuya valoración omito porque ya habrá blog y momento para hacerlo.
De vez en cuando... Nos gusta sentirnos libres.

2 comentarios:

MONTECRISTO | 8:26 p. m.

No,en absoluto,solo es cansancio.

El baron rojo | 8:45 p. m.

El alma del conde se halla enterrada con la calavera de Gerión.

Desde el templo soñaremos el mundo.

Por cierto mandé a tomar viento el contador de webstats que creo que se aprovechaba de mi metiendo la publicidad de ilead. Si les vuelve a dar la lata ilead me dan un toque.