
Por eso, porque un viejo Coronel lo merece, porque un legendario guerrero siempre encuentra fregonas de taberna contra las que combatir, volverán a salir los vecinos de Inés de Castro a las claraboyas, a vitorearme con olés los taxistas del Obelisco, a descifrar mi atroz xefarnié los barman del XXL y a mirarme de reojo mis bisojos amigos de azul, acomplejados pitufillos que nunca están cuando verdaderamente los necesitas. Ya lo dice el Sastre, ante el stress, hay que dejar la enjundia en casa y beber, fuente curativa de todos los males, terapia peligrosa aunque necesaria... Somos como somos.