
DANZAD, DANZAD, MALDITOS!

Su desnudez no me produce el rechazo sintómatico de los prejuiciosos, solo frio. Su conciencia colectiva, pavor, el pensamiento único siempre ha despertado a mi intestino de sus cortos letargos. Su autoproclamada a los mil vientos solidaridad en cambio, me hace preguntarme porque cuatro décadas después el mundo no solo no ha mejorado, sino que los índices de pobreza han repuntado a pesar del movimiento hippie. Cuando estos ultraciudadanos me piden una monedita en la calle Real me provocan ganas de apalearlos, al no comprender la coherencia entre vivir al margen de la sociedad y solicitar limosna a los transehuntes ocasionales, conscientes complíces del capitalismo, amén de un enésimo apretón de vientre: Vended en el top-manta, salvo a los peperos y a los del esgae, al resto de los sujetos pasivos no nos parecerá mal, pero no molesteis mientras paseamos, aporread la flauta en bajito y a correr por el parque, como diría el torerísimo picholeiro Vittorio.
En fin, que como buen burgués que soy, me marcho a ver a Goldfinger, que por cierto, el muy violinista en el tejado, ha subido el precio de los bocks nuevamente y es que según parece los pozos cerveceros de Nevada se están quedando secos últimamente, jodido pirata y Madam Amsterdam...
EL GRAN COMBATE

HASTA SIEMPRE EDDY FELSON

PRIMER CONGRESO DE LA RÈSISTANCE

NO ES LO MISMO

Suele implicar una concomitancia trófica perjudicial para el cliente. En síntesis, supone una relación simbiótica anisoespecífica entre especies dispares y en prontuario, genera un irrefrenable empeño de colocarse un cítrico en el culo y emular a Madam Gillotina. Observen cuanto desenfado para expulsar a un gorrón sansirolé, a un huesped políticamente correcto empero tremendamente desmemoriado y demente fecal de un tal Gurú amante de los cumplidos, el gurrumino de las adulteradas imitaciones de los Bee Gees de su costilla, un gilipoyas vamos.

Pero cambiemos de lidia, los (pocos) lectores asiduos a este chaflán de Internet lo comprenderán, hace tiempo que he hecho mía la causa de soltar lastre, almacenar lo verdaderamente imprescindible y no desesperar si nos sobran falanges en las manos, que por alguna razón contamos con diez, aunque haya algún analfabeto inmoral que se sienta cómodo con cuatro pares licenciando apresuradamente al matrimonio de cimiento a la frente . La ineptitud siempre ha sido muy descarada, la desesperación ciega y requeridos al extremo por la devoción profesada por nuestros progenitores, salvar las posaderas siempre ha sido una opción plausible a la alternativa de malograr cosechas. Infames casquivanos adoradores de becerras de oro.

En oposición a esta pandemia originada por el mal de muchos, propongo fundar la résistance, un grupo Templario que combata a los necios, impertinentes, resentidos y marrados, a ese tropel de abyectos mamarrachos que nos vigilan de cerca, que remotos a parecerse a Dimas, se censan junto al cancerbero, a la derecha de la Trinidad Diabólica según los Evangelios de San Mateo. Cumplidas más de seis décadas John Rambo, alguien debe velar por la rectitud de los íntegros, antes de que la resolución de cuestiones importantes se universalice lapidando a nuestros congéneres en beneficio propio, solos o en compañía de otros.
SABERSE DORIAN GRAY

"El intenso perfume de las rosas embalsamaba el estudio y, cuando la ligera brisa agitaba los árboles del jardín, entraba, por la puerta abierta, un intenso olor a lilas o el aroma más delicado de las flores rosadas de los espinos." (Oscar Wilde, "El Retrato de Dorian Gray")
"Como si fuese la última ocasión que abandonaba su domicilio, dirigió una mirada melancólica hacia el interior de la vivienda, para comprobar que todo se encontraba en su sitio, y como solía sucederle, se irritó al ver las arrugas de la alfombra de la Sala. No pudo evitar cerrar la puerta y dirigirse malhumorado hacia el malogrado aspirante a tapiz para corregir su rebeldía, y una vez su estado le pareció idóneo, se marchó silbando feliz, pues pese a lo inconvenientes domésticos, era Domingo, y no había que acudir a la tétrica oficina Dickeniana a congelarse de frío.Helaba. Diría incluso, que con un extraño ensañamiento, ya que las manijas del reloj todavía coqueteaban con las ocho de la tarde de aquel fin de semana de Abril, y el que el aliento de aquel individuo se hacía visible debido al noviazgo entre la humedad y las bajas temperaturas, adornando de blanco su triste figura, que a cada pocos pasos, frotaba sus manos para desentumecerlas. ¿Dónde quedaba aquel “Largo y Cálido Verano”? Seguramente en el saco roto de las ilusiones perdidas, en el zurrón del malvado “Hombre del Saco”, en alguno de esos malditos “viajes” del drogadicto “Simbad el Marino” o tal vez en alguna de las melódicas canciones de la original belleza de Eva Amaral.Aquel hombre apesadumbrado por su historia, acompasaba sus pasos con un gorrión alojado en su garganta, que trinaba viejas canciones de guerra, acordes prohibidos que le recordaban otra época de su vida en la que sus sensaciones eran extremas, maniqueas. Caminaba firme, y sabía bien a donde. Sus desgastados 41 le dirigían a encontrarla, sumisos hacia los brazos de su amada, aquella rubia que nunca lo defraudó, porque de sobra sabía que su cuerpo se sometía al pacto de su dinero. Por unas pocas monedas podría paladear el ícor de sus labios. No había lugar a la duda, la trigueña lo recibiría como a un príncipe si su bolsillo no se encontraba vacío, y dinero no le faltaba aquella tarde dominical.Sus piernas presurosas, le condujeron al Obelisco, y su fino olfato le hizo presentir la presencia de su amada. Sin embargo, su paso firme se tornó dubitativo por algo tan nimio como la elección entre dos caminos alternativos que conducen al mismo lugar, no sabía cual tomar, aunque el temblor de sus extremidades fue transitorio, y sin pensárselo demasiado, optó por uno de ellos, el de la Rúa Nueva. Apenas cinco minutos después, frente a la puerta, comprobó como Jaime ya le tenía preparado el Bock de Cerveza con el que aliviar el alma. Había llegado a La Tasca." (Conde de Montecristo)
OTRO CHULEO A LOS BLANCOS
ANGELES CON CARAS SUCIAS

Pese a que finalizan las vacaciones aún nos queda una bola extra. Esta tarde-noche en compañía de los Ángeles con caras sucias soñaré al Depor derrotando al Hajduk en Split. Lo celebraremos con dos o seis bocks bien servidos por el gran Maestre de la Calle Mantelería, aunque la sensación será sin duda agridulce, porque esta sí es la última gira de los Stones, el punto y final a los años canallas, pero como dijo aquel, las cosas no duran para siempre, con que sin lamentos pero con orgullo, alcemos la voz rogando: "Jaime, tírala otra vez".
Pd. Siempre nos quedará París (pincha).
MAMARRACHOS

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HASTA PRONTO VIZCONDE

UNA BOCANADA DE AIRE FRESCO

Olvidemos pues, durante tres semanas, que existe Lucifer, que un perro de dos cabezas vela por su integridad a las puertas del Infierno, que Mathausen no es una pesadilla y sí lo son los compañeros de celda, porque al fin y al cabo su condena es más larga y dura que la mía, la vida les ha devuelto lo que han sembrado, cada noche antes de acostarse, borrachas de nostalgia, anhelan aquellos besos que ahora no reciben, dan de comer a los peces, y el alcohol que corre por sus venas las arroja a los brazos de Morfeo, el único hombre que aún las soporta.
LIBRE A LAS 15 HORAS
LO PEOR DE CADA CARCEL
EL RETORNO DEL IDOLO IMPOLUTO

AL AMPARO DE LAS SOMBRAS

Los encuentros casuales certifican nuestras decisiones, refrendan acertadas actuaciones que solo valoramos en el futuro presente, pocas veces erramos en nuestras cavilaciones cuando el tiempo nos hace una reverencia y se postra a nuestros pies.
Aquella tarde tropecé fortuitamente con su secuela y recordé porque soltar lastre es conceder unos años más de vida al alma, abrazado a la tormenta, uno corre el riesgo de perpetuarse en la enfermedad y la miseria. Mientras observaba cariaontecido un encuentro no deseado, no hallé explicación alguna sobre su fervorosa y enfermiza admiración por el malvado original, lo que le hace ser una mala copia de la execración personificada, la indecencia y la falta de decoro, no perderíamos nada con su ausencia, de la misma forma que no ganamos nada conociendo sus entrañas, las del propio anticristo. Mientras su comportamiento me hacía volver a Manderley, sopesé la posibilidad de marcharme como aquella vez, y no mirar atrás, pero escapar de lo que no se puede cambiar es un absurdo, como que su corazón siga latiendo.
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