El añorado regreso del Vizconde de Valmont completa el gram slam del Bock. El Sultán del Ventorrillo ansioso de nocturnidad y poesía, sienta catédra en la ciudad Condal, pero cada Verano, ansía ser profeta en Katanga, por ello preparando su retorno, los taxistas de la ciudad proyectan el trayecto más corto a Pérez Cepeda, donde los sueños toman forma de mujer y encuentran albergue lo peor de cada cárcel. A su vera, emprenderemos un diabólico viaje por los antros más perversos de la República, aguardando que el alcohol nos sorprenda, o el viaje llegue a su destino con la salida de los primeros rayos de sol. No apto para mariquitas hipocondriacos.
2 comentarios:
Saludos de mi parte al Vizconde.
Me honra conde, trataré de no decepcionar sus expectativas. Saludos, Sayory, de su rendido admirador.
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