El joven Rojo de los Rosales ya se encuentra entre nosotros, sano y feliz como su madre, ansioso de devorar la vida como su padre, el guerrillero loco que encontró pausa a su indolencia en algún lugar de Andrés Gaos.!Enhorabuena amigos!, es un placer felicitaros mientras construyo un dique en el lagrimal y busco alguna buena razón para no brindar a vuestra salud en el Templo, mis parabienes.
2 comentarios:
Muchas gracias sr. Conde, ya tenemos a otro para que nos suba en taxi desde la Tasca.
...y a ciertas edades eso viene muy bien. Nuevamente, enhorabuena!
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