
Pero que la ira no nos ciegue, no es el día hoy de críticas destructivas, la gnósis de esta sinrazon de diatriba viene al caso para dar réplica a los que dan por muerto al intacto Conde retirado de las tabernas, porque no existe recogimiento ni comportamiento eremita, como deberían saber esos necios opositores a la carcajada, la pena, o a la dilapidación del camino de Manrique. No me encontrarán entre correveidiles, mentecatos, gansos y alcornoques nunca más, siento un visceral escrúpulo a los ignorancia convencida. Sin embargo, mientras el cuerpo aguante, empezando por mañana, aguardo ver en La Tasca a los que ya nada esperan de este hombre, cuya edad ya no le concede dar ningún tipo de explicaciones, pero olvidaba que los amigos nunca las solicitan.
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