
Dicho esto, que no cunda el desánimo, Dios existe y esta vez se ha reencarnado en Lionel Messi, relevo de Diego Armando empachado de garimba, motivo suficiente para que el de Inés de Castro, el Rojo y el de Montecristo traten de arrancar una sonrisa a las chicas del Roxy, porque a nosotros siempre nos han gustado las camareras, no las tahoneras tipo la cantina que pensais, ignorantes de que la deidad no es Jim Morrison, a veces basta con un corte de pelo para acercarse al cielo de Don Rodrigo, prometedor profesor de Seguridad e Higiene en un colegio que me perdonarán que no cite.
Resumiendo ("y nos dieron las diez"), como alguno dice que no comprende lo que escribo, la moraleja de la historia relatada es que más vale bock en mano que pelmazo a tu lado, y harto de estar harto, me marcho de fiesta con mis amigos, porque de los conocidos uno se encuentra hastiado.