HOMENAJE A VALMONT EN EL BUENOS AIRES

Será el Viernes 29, con el concurso de todos los notables del blues, pendientes de que al Barón Rojo le concedan permiso en casa y que al Señor de Ballantree no le de por asomarse al mundo por esas fechas. El díscolo Vizconde promete dar espectáculo en su enésimo asalto a la Jerusalén del Bock, nuestro querido e idolatrado Templo.

NOS NECESITAN

MAÑANA, 17 HORAS, ESTADIO DE RIAZOR, NO FALTEN.

A LAS URNAS...!!!

... NO OS QUEDEIS EN CASA!!!

ESTEBAN ELMER GANTRY

Tras haber probado suerte en todas las profesiones imaginables, decidió darle aire fresco a las ingenuas pesetas disimuladas bajo las hijuelas de los pocos amigos que le quedaban. Fracasada su enésima propuesta quimérica, extender el consumo de un extraño pescado de sabor cuestionable y de digestión conflictiva, por experiencia, inaguró un local de nombre escogido "El Rincón de Esteban", junto a su novia de toda la vida del último trienio, Mecha, güera de bote con querencia al exceso, alumbrada en el seno de una burguesía alborotada por empatarse con un hombre veinte años menos joven que ella, un tren de largo recorrido, un outsider de la calle de la Torre, un vividor en el único sentido de la palabra. Pero solo los cuentos tienen un buen desenlace y los sinsabores no tardaron en llegar, la farlopa escaseó y como trabajar es un oficio de pobres, el bar se vió obligado a colgar el cartel de quebrado, la rubia se esfumó y Esteban se refugió entre las sombras de las que provenía. Años más tarde, se encontró casualmente con mi padre, al que confesó que aunque sus días estaban contados, no se arrepentía de cuanto había cobrado, porque había tenido la fortuna de hacerlo como había elegido. Se despidió con su inequívoca sonrisa y no volvimos a saber de aquel hombre víctima de su propia esencia, devorar la vida.

LOS TRES DIAS DEL CONDOR

Rumoreaba el monóxido que un grande se retiraba, que sus huellas, no tan profundas y célebres como las de Juan Hombre,- heroico aquella noche sembrando la ciudad de pisadas blancas, dirigiendo a los curiosos a su modesto establecimiento de San Pablo-, habían calado lo suficiente como para ser un mítico de la noche, como una vez así lo había bautizado la hermana de Elmo, en su enésimo punto de encuentro al azar. Pero también contaba el mar, que antes de su partida hacia el sueño de una noche en Bens, en la que confesó sus perversas aspiraciones a un tal Valmont, se le vió un Viernes en el Templo, solo o en compañía de otros...

CERRADO POR ILUSION



El pequeño e indolente Montecristo no se aguanta, en breve estará con nosotros. Si me concede un respiro, el Domingo me tomaré unos bocks con ustedes, prometo estarle agradecido, en cualquier caso, no olviden que los viejos rockeros nunca mueren...